Turandot

Como una maldición, una siniestra ley ensombrecía China: una ley impuesta por la hija del emperador, Turandot, la princesa del corazón de hielo. Desde entonces, la oscuridad cubría la Corte Imperial de Pekín. Sin embargo, un noble príncipe sin reino y una esclava fiel y enamorada lucharon por disipar las tinieblas que se abatían sobre tan lejano y refinado país.