Posiblemente estamos ante uno de los libros más impactantes del año en el panorama de la publicación de obras para el público infantil y juvenil. Una profunda y emotiva reflexión artística mediante la que la autora, una artista sueca con una breve, pero muy interesante, trayectoria literaria traza paralelismos entre sus propias visiones y la evidente transformación que, a consecuencia del impacto que nuestra actividad genera, ha sufrido el ecosistema. Utilizando una original estructura, tres emocionantes misivas (a la memoria de la Tierra, a cualquiera de los que leamos el relato y a ese niño o niña que está a punto de nacer y vivirá las consecuencias de los comportamientos actuales); ensalza los múltiples prodigios que esconde la naturaleza, dibuja los temores, pero, también, apunta motivos para un moderado optimismo siempre y cuando los ciudadanos seamos capaces de mantener la emoción y la ilusión en cada nuevo día para cambiar las cosas. Un extraordinario ejercicio plástico en el que combina técnicas pictóricas y juega con los planos, composiciones y posibilidades narrativas. Imprescindible.

Érase un poeta en una ciudad cualquiera de altos edificios. El soñador miraba más arriba, a la noche estrellada, y de tanto quererla consiguió un imposible: se apoderó de uno de esos astros pululantes en la oscuridad. Escondió el tesoro en su casa lo mejor que pudo, pero su brillo palpitante le delataba... La hermosa oda de Pablo Neruda adquiere una relevancia especial enmarcada en un álbum en el que los versos dialogan con las ilustraciones, bañadas en sensibilidad y relente, de Elena Odriozola. Las imágenes poéticas, que en cada lector despertarán su propio eco, sugieren la necesidad de aspirar a los sueños y la estrechez mediocre de la vida ciudadana frente a la libertad que se puede encontrar en la naturaleza. Una buena forma de acercar la poesía a los más jóvenes, en el aula y fuera de ella.

Tenemos un plan para sugerirte. Puedes llevarlo a cabo en cualquier momento y solo necesitas leer y llevar contigo esta obra que, con sutil delicadeza, han escrito y dibujado Tanuca Palomar y Samuel Castaño. Si vives en una ciudad, escápate al campo cuando esté anocheciendo en un día despejado. Si estás en un pueblo, adéntrate en la vegetación cuando la climatología cumpla con los mismos requisitos. Coge aire y prepárate a disfrutar de todo lo que la Vía Láctea nos ofrece, aunque sea parcialmente. Escritas sobre la oscuridad hay mil leyendas y relatos mitológicos que han vertido hombres y mujeres, civilización tras civilización, y podemos seguir ese rastro identificando Pegaso, Casiopea, Cisne, la Osa Mayor y Menor, o todas aquellas que dan lugar a los signos del zodiaco. A partir de la herencia de los clásicos, los autores confeccionan un listado de relatos míticos, sobre los que es posible ampliar información mediante las fuentes que se citan en la parte final de la obra, que llevan adscritos una serie de personajes, también identificados con claridad. En la parte final, un plano a doble página constituye el complemento ideal para reconocer en nuestras observaciones cada una de esas conjunciones armoniosas y la época y hemisferio óptimos para asegurar su disfrute.

¿Qué es exactamente la Luna? O más bien, ¿qué te hace sentir? ¿Qué seres nos visitan siempre de noche? ¿Cómo viven los animales del bosque y los integrantes del mundo submarino la llegada de la oscuridad cada día? Sábanas rebeldes, sueños con aroma de mar, nanas, adivinanzas, perezas insólitas e incluso "temibles" protagonistas inesperados como el puntual camión de la basura... A la caída del sol se extiende la alfombra de la imaginación, un paseo sugerente por el que desfilan todo tipo de personajes, sentimientos y emociones, recogidos en versos tan divertidos como ricos en matices, siempre rebosantes de sensibilidad, por Pedro Mañas, poemas que permiten tener siempre a mano los ingredientes exactos para vivir oscuridades inolvidables. El apartado gráfico intensifica el catálogo de momentos imaginativos propuestos por el autor, a través de una paleta de colores enérgicos y apasionados, habitual en las creaciones de la ingeniosa artista argentina.

Dhara Patel, del National Space Centre (Leicester); y el astrónomo y profesor de Astrofísica en el University College London, Raman Prinja, han asesorado las propuestas y consejos que integran este álbum informativo avalado por el Royal Observatory Greenwich. Una invitación a observar con detenimiento las maravillas que la bóveda celeste nos ofrece una noche despejada en cualquier lugar del planeta. Con las ideas y trucos que se ofrecen sin duda se contribuye a incentivar la curiosidad y a valorar en su justa medida la astronomía y los hitos alcanzados en la carrera espacial, dos asuntos que han impulsado la tecnología actual definitivamente aunque, no lo olvidemos, aún nos quede muchísimo por aprender. La guía, aderezada con las ilustraciones del artista sueco, afincado en Londres, Jan Bielecki, realizadas mediante procedimientos digitales; se inicia con una selección de materiales y actitudes imprescindibles para llevar a cabo una observación fructífera. A lo largo de más de sesenta páginas ayuda a identificar estrellas y constelaciones, descubrir planetas, conocer múltiples curiosidades sobre ellos, desvelar los secretos de la Luna, recopilando las certezas y peculiaridades de nuestro satélite; y nos habla con sencillez y rigurosidad de fenómenos como las lluvias de meteoros, los asteroides y cometas, las auroras boreales y australes, la basura espacial o los artefactos hechos por el hombre, además de realizar un detallado recorrido por los principales tipos de galaxias, con especial atención a la Vía Láctea. Como complemento se ofrecen varias sugerencias para construir nuestro propio "planetario" o reproducir los cráteres de la Luna a pequeña escala. Para ampliar conocimientos en el epílogo hay un glosario y una selección de libros y webs en donde se puede consultar información especializada para convertirnos en "exploradores" aficionados del cielo.

A medio camino entre el informativo y el libro de relatos, la célebre autora danesa teje una historia en la que confluyen las andanzas de los personajes principales, una mujer escasamente afectiva y su sobrino, con los hallazgos realizados por algunos de los más importantes astrónomos de la historia. El lector, así, tiene la oportunidad de disfrutar en un doble plano, con la exquisita narrativa de Kiel y con el cóctel de anécdotas y datos fidedignos que se alternan a lo largo de la propuesta centrados en los hallazgos de Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Ole Romer, Isaac Newton, Tycho y Sophie Brahe o Johannes Kepler. Como es habitual en este tipo de proyectos divulgativos incluye, a modo de epílogo, un glosario de "palabras difíciles" que sirven como complemento a la obra. Igualmente el texto viene acompañado de una serie de ilustraciones en las que la ilustradora noruega Gunvor Rasmussen retrata ese progresivo acercamiento a la astronomía por parte del protagonista, y detalles vinculados a las biografías de los científicos citados, que aparecen también reseñados en pequeñas fichas.

Tal y como explica el narrador, "no se ven las mismas estrellas cada noche en el mismo lugar". Cuando, al caer el sol, observes el cielo a través de tu ventana, las constelaciones dibujarán distintos animales dependiendo de dónde te encuentres. Trius y Bestard nos permiten acceder a las habitaciones de otros niños/as, en lugares tan dispares como Marruecos, Mongolia, Nueva Zelanda, India, México, Japón, Kenia o Polonia. Desde su interior, a través de una ventana troquelada, podemos insuflar vida a las estrellas con la ayuda de una linterna, la luz nos permitirá conocer la figura que se esconde tras la alineación de estrellas en ese punto de la geografía. Al mismo tiempo, en cada capítulo el lector puede intuir cada sorpresa de la vía láctea gracias a una adivinanza que sirve como pórtico de entrada a cada cuarto. La composición gráfica está diseñada a partir del uso de dos colores, blanco y azul, empleados con acierto para representar los motivos ornamentales y el estilo imperante en las decoraciones de las casas de nuestros anfitriones. En la parte final se explican todas las figuras y aportan algunas informaciones extra. Una invitación a escrutar el cielo con emoción que aviva la imaginación de quien se sume al juego.

Greenberg se ha hecho un hueco entre las grandes de la novela gráfica contemporánea gracias a sus proyectos en solitario. Ahora suma su talento al del autor Seth Fishman para dar luz a este sorprendente álbum ilustrado informativo con el que fusionan y exploran diversos conceptos matemáticos y científicos. Valiéndose de ingeniosas comparaciones entre los datos que nos ofrecen ambas materias y la vida cotidiana, descubrimos increíbles equivalencias. La superficie verde que actualmente los especialistas estiman que tiene el planeta, el inabarcable catálogo de estrellas que nos alumbran cada noche, el variado y abrumador ejercito de animales que viven en nuestros bosques, la “insignificancia” de un astro tan vital como el sol en comparación con el volumen total de satélites que pueblan el firmamento... Especial atención merece el apartado gráfico, en el que se identifican las cualidades que han convertido a la dibujante y guionista británica en una de las más importantes del momento (refrendado no solo por los lectores, también por medios de comunicación tan influyentes como The Guardian o The Observer). Puede servir como complemento ideal para restar aridez a determinadas asignaturas en el entorno escolar, gracias a su original punto de vista y empleo del humor.

El audaz profesor aporta una nueva dosis de sabiduría gatuna con este álbum informativo que sigue los mismos esquemas que anteriores títulos firmados por la pareja de creadores Walliman y Newman. Si en otras aventuras nos mostraron las fronteras del espacio, los secretos de la energía atómica, los distintos rincones del sistema solar, el funcionamiento de los cohetes espaciales, la fauna y la flora de las profundidades del océano e incluso un viaje al interior del cuerpo humano, ahora analiza -como siempre con datos rigurosos, una distribución amena y apoyo en distintos elementos propios del lenguaje del cómic para dotar de dinamismo a la acción-; el fascinante mundo de las estrellas. Una introducción a la astronomía, desde un punto de vista diferente, que permite descubrir curiosidades de esos motores de energía cósmica ante los que es fácil emocionarse cualquier noche de verano en la naturaleza. Tanto el protagonista como sus amigos despiertan, con sus propuestas, la curiosidad de los pequeños al son de una elegante puesta en escena que mantiene el buen nivel de anteriores entregas.

Las estrellas han intrigado a la humanidad desde el comienzo de los tiempos. Como en uno de esos nocturnos que cuelgan de los muros de las más prestigiosas galerías de arte, Miren Asiain introduce esta dulce historia a través de una panorámica de gran belleza en la que representa el atardecer sobre varios núcleos rurales. En uno de aquellos pueblos reside el oso y su hijo, personajes antropomórficos que nos enseñan la habitación del más pequeño de la casa, llena de simpáticos detalles que resultarán familiares a los lectores infantiles. Dispuestos a llevar a cabo el gran sueño de atrapar una de esas maravillosas estrellas fulgurantes que iluminan el momento de ir a dormir, deciden emprender una compleja misión que les llevará hasta el cerro más alto, lugar desde el que pueden tener más posibilidades de capturar una que libere de temores al osezno para toda la vida. Los autores plasman el amor incondicional que sienten los padres por sus hijos, capaz de llevarles a emprender aventuras imposibles, al mismo tiempo que esbozan, con la enseñanza final, el lugar donde con toda seguridad reside la luz de cada familia. La obra concede gran protagonismo al plano gráfico, con imágenes cautivadoras entre las que desfilan cuartetos y estrofas de ocho versos con rima consonante, firmadas por la autora y editora británica Katie Cotton, responsable de obras como Las cuatro estaciones en un día o Contar leones.

Frances Sanders saltó a la fama con dos originales propuestas con cuyos títulos hacía un guiño a la famosa película de Sofía Coppola (Lost in translation), y en los que rescataba expresiones populares en diversos idiomas, poéticas y divertidas palabras intraducibles acompañadas de imágenes de trazos pulcros diseñadas por la propia autora. En este nuevo proyecto, alabado por la prensa internacional, sorprende a los lectores con un cambio de registro al reunir una serie de micro cuentos y reflexiones hiladas en torno a variadas ideas y sentimientos. El equilibrio entre los humanos y el universo sirve como hilo conductor para filosofar sobre materias tan importantes como la ecología, la genética o la física, e incluso para esbozar las poderosas conexiones que nos unen a las estrellas o a la luna, como parte intrínseca de nuestra existencia (Somos carbono, seguimos girando, tú también emites radiación…) Todas esas ideas enlazan con otras que la escritora utiliza para hablar de las relaciones personales, del paso inexorable del tiempo, del poder de las plantas o para denunciar la contaminación y los desmanes que los humanos están cometiendo con la Madre Naturaleza. Un emotivo ideario, jalonado de hermosas ilustraciones en las que, en su justa medida, también está presente el humor, que ayuda a comprender la volatilidad de nuestra existencia. Como señala el último capítulo, nada es para siempre…

El inconfundible sello de Noemí Villamuza potencia las cualidades de este poemario que muestra, utilizando variados recursos, distintos cánticos al satélite amigo. Su influjo, el poder de su luz en las noches oscuras, los múltiples e insondables misterios que conlleva la luna y su relación con el cielo, la tierra y los mortales, sirven como base para las nanas, canciones asociadas a juegos infantiles, breves cuentos y otros recursos que Nieves García utiliza para trazar un emotivo homenaje galardonado con el prestigioso Premio de Poesía Ciudad de Orihuela 2018. Propuestas hiladas en torno a la tradición que brillan bajo la claridad mágica, siempre con predominio de las tonalidades azules asociadas a la luna llena, y capturadas en sensuales imágenes y versos de estructura clásica. Un libro para guardar junto “los cromos, el aro, la cuerda, los cantos y cuentos” y volver a él con frecuencia.

El pequeño de la casa ha crecido y su padre decide que es hora de enseñarle algunas de las cosas más hermosas que se pueden disfrutar en la vida. Por eso, tras salir de la consulta y atravesar la ciudad, mientras los comerciantes acaban la jornada y comienzan a encenderse las luces de las farolas, se encaminan a un oscuro parque. Allí, observando detenidamente la bóveda celeste aparecerá, majestuoso, el universo. La vista se pierde entre las constelaciones y el tiempo se para, envuelto en la más profunda calma. Pero incluso en esos momentos tan maravillosos pueden surgir las sorpresas, y esta no es como otras que te hayas podido imaginar. Especialmente destacable la propuesta gráfica, compuesta por una colección de ilustraciones, esbozadas con una estética que realza los múltiples matices que ofrecen los lápices de colores, y que muestran la bonita relación que mantienen el padre y el hijo, así como los diferentes detalles que van apareciendo en su paseo por la urbe y el campo. Fue seleccionada como uno de los mejores libros ilustrados por Kirkus Reviews.

Esta noche, cuando se oculte el sol, observa detenidamente las estrellas. Un espectáculo único y, casi, diario al que han asistido, desde tiempos inmemoriales, toda clase de pueblos y culturas. Cada constelación ha sido bautizada con un nombre que hace referencia u homenajea a héroes inmortales, criaturas fantásticas, mujeres irrepetibles o personajes extraídos de la mitología clásica. La mayor parte del universo conocido esconde tributos a una amplia gama de personajes, incluso contemporáneos, o dieron pie a distintas creencias a lo largo de la historia. Con un texto sencillo, tatuado en la oscuridad de la noche, el álbum recorre el particular abecedario estelar ofreciendo datos sobre las variadas interpretaciones que han dado a esos dibujos luminosos distintos pueblos como los esquimales, los aborígenes australianos, kazajos, sumerios, incas, japoneses, indios navajos, polinesios o, incluso, pequeñas tribus como los !Kung. Un catálogo de sensuales leyendas, compiladas e ilustradas con esmero para la presente edición, que nos ayuda a disfrutar con mayor profundidad de los misterios del cielo nocturno. 

La contaminación lumínica de la ciudad impide disfrutar de uno de los espectáculos naturales más fascinantes: observar el cielo al anochecer. A partir de unos consejos básicos, esbozados en las guardas, los autores analizan aspectos fundamentales de nuestro planeta, su satélite y la estrella que nos ilumina a diario. En un ameno recorrido por las vidas de algunos astrónomos famosos, las particularidades del sistema solar, los planetas que forman parte de él, las expediciones que se han llevado a cabo tanto de forma tripulada como mediante satélites artificiales, también hay sitio para propuestas divertidas en forma de pequeños experimentos y un glosario final que aclara todos los términos principales y las posibles dudas. Ilustrado con dulzura, utiliza algunos aspectos propios del lenguaje del cómic (bocadillos de texto), y aporta textos de gran rigor científico. En conjunto constituye un original acicate para invitar a los más pequeños a descubrir aspectos del espacio exterior.

Los animales, como los humanos, necesitan una estrella que guíe su periplo vital. Cuando anochece, la oscuridad ofrece un manto poblado de astros que ayudan a encontrar el buen sendero y a no sentirse solos, sin embargo Zorro ha crecido al abrigo de una muy especial. Asustado ante su repentina desaparición, el animal pasa por dos fases bien diferenciadas que permiten mostrar, con todo su esplendor, un fascinante experimento visual en el que tienen el mismo valor tanto el texto como las ilustraciones y el diseño general de la propuesta. Las palabras se fusionan, por momentos, con las cautivadoras imágenes. La prosa poética se diluye entre las estrellas y las hojas gracias a una cuidada edición, concebida en cinco tonalidades, que transforma la fábula en un placer para los sentidos. Está considerado como Book of the Year por Waterstones, una de las librerías más importantes del Reino Unido. 

La vida de Carl Sagan, un niño que se preguntaba qué eran las estrellas y tenía curiosidad por todo, cambió cuando visitó la exposición universal de 1939. En ella descubrió un mundo desconocido y fascinante. Estudió apasionadamente los astros y el universo, y llegó a formar parte parte del equipo de científicos que enviaron exploradores y las sondas Voyager al espacio, astronaves que llevan mensajes de nuestro mundo por todo el sistema solar y más allá de él. Las últimas páginas ofrecen información complementaria sobre el científico y nos sirven para apreciar su contribución al conocimiento del cosmos. Un libro informativo ameno y curioso.

Un interesante manual acerca de cómo entendía (y veía) el pueblo Mapuche las constelaciones, el sol, el cielo y cómo organizaban su cultura, sus ritos y sus trabajos a partir de los ciclos de los astros.

Libro informativo que propone un atractivo recorrido por la historia de la astronomía: Galileo, los planetas y sus curiosidades, el código secreto de las estrellas, el tamaño del universo, el eco del Big Bang o la Via Láctea. Estos son algunos de los apasionantes temas que encontramos en este manual. Los contenidos están presentados de forma amena, con numerosos cuadros e imágenes, juegos de preguntas y respuestas y descripciones de sencillos experimentos que animan al lector a adentrarse en los misterios del apasionante mundo cósmico.

Basándose en el poema «When I heard the learnn´d astronomer», del libro Leaves of grass (Hojas de hierba) de Walt Whitman, Long construye un deslumbrante canto a la imaginación, a la capacidad de soñar del ser humano. Y es que, como dijo Einstein, la imaginación envuelve al mundo. Sirviéndose de la fascinación que un niño siente por el cielo estrellado, tanto Whitman como Long invitan al lector a relativizar la importancia del saber para entregarse a una dislocada vivencia espontánea de lo íntimo, de las emociones, de la intuición, de los sueños... En una palabra, de la imaginación creadora y a la vez contemplativa.

Un cuento entrañable, que a modo de fábula cuenta el origen de la luna y las estrellas. El hombre al que no le gustaba la noche metió el dedo en el manto oscuro una y otra vez para que la luz pasara por esos agujeritos, también metió el puño y así nacieron las estrellas y la luna, y la gente pudo disfrutar de la luz durante la noche. Un cuento sencillo, que conecta con la tradición oral y el mundo mágico. Un álbum ilustrado con el que explicar de forma literaria el origen de la luna y las estrellas, una delicia para descubrir.

Doce leyendas breves que recogen la semilla de la tradición oral del país originario de esta conocida autora de una manera sencilla y divertida. Cada relato está relacionado con cada uno de los meses del año, y construído con un lenguaje trufado de humor y guiños cómplices al lector. Además, todas las historias están acompañadas de ilustraciones (algunas a doble página) que otorgan todo el protagonismo a personajes exóticos y animales, realzados con colores vivos capaces de hacernos viajar hasta los rincones más escondidos de la selva brasileña.

Stephen Hawking escribió esta fantástica novela que ha ayudado a chicos y chicas de varias generaciones a descubrir algunas claves de la ciencia, seguramente también ha generado muchos aficionados al estudio de las estrellas y los planetas. George es un niño fascinado por el estudio del Universo, pero sus padres no están demasiado convencidos de que esta sea una pasión interesante. La llegada al vecindario de Eric, un eminente científico y gran pedagogo, cambiará los planes de todos, y principalmente los de George.